El dragon.
En la estepa interminable, mas alla de las montañas negras y el imperio eterno se ve una fogata...
Alrededor de ella las carpas y los caballos de la tribu son acariciados por el tibio viento primaveral, y mas cerca del circulo todos los guerreros observan respetuosamente a una figura encorvada.
El shaman recita un cantico en alguna lengua perdida, a la que solo tienen acceso quienes han bebido el licor del cielo, un brebaje magico que le permite entablar contacto con los espiritus y los dioses, un jarabe que solo los shamanes pueden ingerir. El shaman ya lo ha hecho, y mientras se mueve alrededor de la fogata toda la tribu escucha atenta al designio de los espiritus.
Todos ven al Shaman esperando, pasa un largo momento de silencio hasta que el sabio grita, grita extasiado mientras una figura que solo el Shaman puede ver cobra forma en el fuego. El Shaman le habla, es un espiritu draconiano el que esta en las brasas... Le habla y sabio como es le dice el futuro de su tribu, que allende las estepas interminables hay un imperio esperando a su horda, un imperio viejo y orgulloso, un imperio interminable que hara famoso... El lider escucha al shaman repetir las palabras del dragon, y todos sonrien ante el buen designio... Esta noche habra fiesta, mañana habra guerra, y cuando se ponga el sol habrá gloria.
Atila sonrie, el dragon ha hablado, la horda esta esperando, los caballos marcharan al amanecer.
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